domingo, 29 de marzo de 2009

Noche estrellada.


Bajo la sombrilla de las inertes luces de colores, el chico veía como la ciudad le robaba buena parte de las estrellas. Su constelación favorita, porque le recordaba a ella, había sido mutilada.
Los bares y los gritos le despertaron de su sueño. Quizás esta vez ella era la que no volvería a casa. No era por sus escapadas a las tantas, tampoco a esa soledad irreprochable con la que lo miraba al despertarse ¿y por que?
Como una mosca, su curiosidad la atraía hacia la luz azul. Y “zas”, otra farola menos. “Pronto no habrá donde besarse”.

Imagen de: http://cat-girl-q8.deviantart.com/art/my-lovely-city-111036455

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Mensaje en botella