Mi vida es una basura, ahora es como cualquier otra vida gris,
como cualquier otro día en esta ciudad. Será cenizas en cada uno de mis
despertares, cada vez que me tome el café y me dé cuenta de que no lo estoy
tomando contigo. Sangraré cada segundo de cada minuto a partir de ahí, y dios
sabe que tengo sangre para seguir, hasta que no sangre más que vino salado.
>Salud!
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Mensaje en botella