martes, 3 de febrero de 2009

"Las polillas" - Acto 2, escena 2




Escena II.
A pocos metros del estudio, en un portal aun en obras, Ruso y Alberto se paran a echar un cigarro. El atardecer va dejando un rastro ocre en el agua del río. Un par de golpes en la puerta.
- ¡¡¡Un momento!!! – vocecilla del interior del estudio
Giran los resortes de la puerta y aparece ante nosotros, con la magnificencia de una estatua cesárea, Borja, enroscado en una sabana llena de pintura.
- ¿Que son estos aires de Baco que te das hoy, eh Picasso?
- Acabo de terminar – sonrisa de autocomplacencia – pasad, ya lo veréis, esta al fondo.
- Eh… ¿pero como nos sales a recibir así? – Alberto sigue perplejo.
- Ya os contare: mira, que llego ella sobre las ocho, yo no la esperaba aun, entra, y con las tonterías: “Que me da vergüenza, que nunca había posado desnuda”…y al final acabamos los dos desnudos, que si caricias, que si besos…
- Bueno Romeo, no entres en detalles, Valentín, Tomas y demás nos están esperando en el chino para el botellón. Vístete y nos vamos.
- Pero Alberto, yo ya estoy vestido, ¿no te gusta mi conjunto? – dice esto mientras da una pirueta de bailarina de valet, la sabana sale volando y se queda desnudo frente a Alberto.
Un silencio incomodo, un lienzo de una mujer desnuda con protuberantes pechos, Borja ha trasmutado de Cesar a Pan y Alberto intentando esquivar con la mirada ambas escenas soeces se encuentra a Ruso comiéndose lascivamente un plátano de un bodegón.

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